martes, 10 de mayo de 2016

DACTILOSCOPÍA






Esta disciplina se considera como un medio de prueba muy importante.


El Sistema Dactiloscópico Argentino fue creado por Juan Vucetich, entrando en vigencia en 1896, y es utilizado para identificar personas, formando parte de las Ciencias de la Criminalística a través de la rama de la Papiloscopía.
La identidad “es la cualidad inherente a cada ser o cosa de ser igual a sí misma y diferente a los demás de su mismo género y especie, debido a un conjunto de características y particularidades de origen congénito o adquirido”, esto es conocido como el principio de mismidad.
Papiloscopia
La Papiloscopia es la especialidad encargada de la búsqueda, revelado, levantamiento y cotejo de rastros papilares y la posterior identificación de los individuos a partir del conjunto de características, particularidades o pequeños detalles de origen congénito que presentan las líneas papilares.

Tiene por objeto el estudio de los dibujos papilares obrantes en la epidermis de la tercera falange de los dígitos de las manos (Dactiloscopia), la cara interna las manos –palmas– (Palamestocopia) y la planta de los pies (Pelmatoscopia), a los fines de establecer identidad física humana de manera fehaciente, categórica e indubitable.
Los dibujos papilares, o papilogramas, tienen su origen en la dermis[1] y se visualizan a través de la epidermis[2], formando crestas y surcos a partir de la terminación de los conductos excretores de las glándulas sudoríparas (poros).
Los dibujos papilares reúnen tres condiciones que constituyen el fundamento de la identificación papiloscópica:
  1. Perennidad: Las conformaciones papilares se generan entre el 4º y 5º mes de vida intrauterina y persisten en el individuo hasta después de su muerte, cuando se produce la disgregación de tejidos por acción de la putrefacción cadavérica. Las alteraciones que sólo dañen la epidermis originan desaparición temporal.
  2. Inmutabilidad: Los dibujos papilares no cambian.
  3. Variedad: Es tan infinita la variedad existente entre papilogramas pertenecientes a todos los individuos de todas las razas, sin excepción, que se ha podido afirmar que no existen dos iguales.
En la Dactiloscopia, los surcos, o bajos relieves, y las crestas, o altos relieves, dan origen a los dactilogramas naturales, que son aquellos que se observan directamente del dedo. Los dactilogramas artificiales resultan de estampar sobre una superficie idónea el pulpejo (tercera falange del dedo) entintado, y se hallan conformados por líneas (impresión de las crestas) y espacios (no impresión  de los surcos).







DÁCTILOGRAMA ARTIFICIAL





DÁCTILOGRAMA NATURAL





El Sistema Dactiloscópico Argentino
Es eminentemente déltico y dual. Es déltico porque se basa, para su clasificación, en la presencia o ausencia de deltas, y en el primer caso según su ubicación respecto al observador. Es dual, porque se aplica tanto a la población delictiva como a los ciudadanos comunes.

El delta es una figura triangular, compuesta por una rama ascendente, y otra descendente, pudiendo tener o no apéndice o cola.
                         
                                                                 
DELTA NEGRO                                                    DELTA BLANCO
El delta también divide al dactilograma en tres regiones distintas de estudio, las cuales son:

Los cuatro tipos fundamentales en los que se clasifica el Sistema Dactiloscópico Argentino son:

  • Arco: Todo dactilograma carente de delta.


  • Presilla Interna: Todo dactilograma que presente uno, dos  o más  deltas a la derecha del observador. 
  • Presilla Externa: Todo dactilograma que presente uno, dos o más deltas a la izquierda del observador.
  • Verticilo: Todo dactilograma que posea dos o más deltas opuestos y enfrentados.
La Individual Dactiloscópica
En base a los cuatro tipos fundamentales descriptos, el Sistema Dactiloscópico Argentino utiliza la individual dactiloscópica para fichar a cada individuo, clasificarlo y así poder acceder a su identificación más fácilmente.
Esta individual dactiloscópica se forma con una letra y cuatro números, siendo la letra lo que representa al tipo fundamental del dedo pulgar, y los demás números a los dedos índice, mayor, anular y meñique, respectivamente.
Para los pulgares las opciones pueden ser:
  • Si es un arco – letra A
  • Si es una presilla interna – letra I
  • Si es una presilla externa – letra E
  • Si es un verticilo – letra V
Para los demás dedos las opciones pueden ser:
  • Si es un arco – número 1
  • Si es una presilla interna – número 2
  • Si es una presilla externa – número 3
  • Si es un verticilo – número 4
Si no es posible identificar el dactilograma por la existencia de alguna cicatriz, se coloca, sin distinción de dedo, la letra X; si falta un dedo, se coloca el número 0.

De esta forma se constituye la sistematización de la recolección de huellas, clasificación y posterior acceso según el Sistema Dactiloscópico Argentino.
La identificación final, fehaciente – categórica – indubitable, se logra a través de la ubicación de los puntos característicos[3] en un dactilograma y comparándolo con otro, ambos de igual tipo fundamental.
Si coinciden en ubicación, dirección y sentido se puede hablar de que las huellas corresponden a la misma persona. Si bien no hay un mínimo científico establecido, para la justicia actual en Argentina, se necesita un mínimo de 12 puntos característicos para poder establecer identidad.

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